viernes, 29 de julio de 2011

Achaques

Creo que una de las mayores secuelas que nos deja la oposición (aparte de las manías) es una salud un poco resentida. No sé vosotros pero yo desde que estoy opositando tengo muchos más achaques.

Por ejemplo, desde que estudio tengo cierto lumbago y, de vez en cuando, me dan unos dolores de espalda que veo las estrellas al mínimo movimiento. Otra de las cosas es que enfermo con mucha más facilidad; todos los catarros o virus estomacales tienen predilección por mi sistema inmunológico (por mucho actimel que me tome todas las mañanas).

Y el último de todos me pasó hace unas semanas. Fui al médico porque me notaba excesivamente cansada y se me caía bastante el pelo. Ingenua de mí pensé que sería por falta de hierro y que no sería más, pero el médico decidió hacerme unos análisis “porque la vida sedentaria que lleváis los opositores no es nada buena”, me dijo (“No tenía ni idea”. Pensé yo…). Y ahí llegó el principio de todos mis males.

Los análisis dieron que, aunque no tengo nada grave, bien, bien tampoco estoy. Así que me ha dado una lista de “alimentos a evitar” (largísima) y otra de “alimentos a no evitar” (os imagináis: verdura, carne y pescado poco graso y fruta, en resumidas cuentas) y que tengo que hacer ejercicio diario. Yo le expliqué que TODOS los días salgo a correr o andar 5 kilómetros, que me siento mejor cuando me “muevo” y duermo mejor. “Seguro que algún que otro día fallas”, a lo que yo contesté que realmente no, a no ser que esté muy cansada siempre salgo. Así que la respuesta del médico fue: “Pues entonces hay que aprobar cuanto antes”. Conclusión: Tengo que aprobar YA porque la oposición va a acabar con mi salud. Me voy a correr. ¡Feliz fin de semana a todos!

lunes, 25 de julio de 2011

Extraña sensación.

No sé vosotros, pero yo cuando me he levantado esta mañana para estudiar he tenido esta sensación:



Mucho ánimo con el estudio en día festivo!!!

viernes, 22 de julio de 2011

Te lo Mereces.

Hay días en los que has estudiado todo lo que tenías planificado y, aunque cansada, te sientes totalmente satisfecha con el trabajo. Entonces decides que debes darte una recompensa, porque ese día “te lo mereces”. Y esa recompensa tienes muchas variantes:

- Sales y te compras algo de ropa o complementos.

- Te das un capricho gastronómico.

- Sustituyes el salir a correr por salir a dar un paseo con una amiga.

- Decides salir a cenar o tomarte unas cañas, etc.

Aunque no es bueno tener muchos “te lo mereces”, siempre es bueno hacer una excepción. Y justo eso es lo que decidí hacer el viernes pasado (Pero insisto, si lo ponemos como regla general pierde su gracia).

Cuando terminé de estudiar, llamé a una amiga para salir a dar un paseo tranquilamente y charlar un rato cara a cara (lo del móvil a móvil lo tengo dominado, pero no es igual). Como lo bueno de esto es no planearlo mucho, casi siempre te acabas llevando una grata sorpresa.

En mi caso, nos pusimos al día de nuestras cosas y, después decidimos cenar en un bar que tenía una pinta buenísima y poco después se nos unió otra amiga. Creo que hacía mucho tiempo que no me reía tanto y no me lo pasaba tan bien. Eso sí, a las doce estaba en casa como una niña buena que al día siguiente había que estudiar. Pero se estudia con otro ánimo.

¿Hacéis vosotros “te lo mereces”?, ¿Qué caprichos os dais? ¡Feliz fin de semana a todos!

P.D: Os pongo una foto de los lápices que utilizo para subrayar ¿Adivináis cuál es el que más uso? ¡Saludos!



viernes, 15 de julio de 2011

Recetas.


A petición de Jordana (me encanta que me hagáis sugerencias sobre temas), la entrada de esta semana va sobre recetas sencillísimas (más fáciles imposible). Aquí van unas cuantas:

Berenjenas Rellenas.

Ingredientes: 1berenjena, 1 cebolla, 1/2 calabacín, 1/2 pimiento rojo, 2 tomates, 1 diente de ajo (opcional) y queso para fundir.

Preparación: Cortar las berenjenas por la mitad y hacer incisiones con un cuchillo. Rociar con aceite y hornear a 180º durante 30minutos. Dejar enfriar y vaciarlas sin romper la piel (con una cuchara es bastante fácil). Reservar.

Trocear las verduras y rehogarlas hasta que estén blanditas y añadir la pulpa de las berenjenas.

Rellenar las berenjenas, espolvorear queso y gratinar hasta que se funda.

Garbanzos en Vinagreta.

Ingredientes: 1 bote de garbanzos, 1 lata de aceitunas, 1 lata de anchoas, media cebolla, pepinillos en vinagre, 1 tomate, aceite y vinagre.

Preparación: Poner los garbanzos en una cazuela y dejar cocer unos diez minutos (hasta que se ablanden, si te gustan duritos te puedes saltar este paso).

Cortar el resto de los ingredientes en trocitos pequeñitos y juntar a los garbanzos. Aliñar al gusto. Yo aprovecho el aceite de la lata de anchoas y, como éstas son saladitas, ya no le hecho sal. A parte de estos ingredientes, les puedes añadir otros que te gusten más (huevo cocido, pimiento rojo…).

Dorada a la Sal.

Ingredientes: 1 dorada, sal especial para hornear y aceite.

Preparación: Calentar el horno a 200º. Sobre una bandeja de horno o sobre una fuente de horno (yo prefiero la fuente que se ensucia menos) poner una capa de sal que cubra el fondo. Echar un chorrito de aceite sobre la zona donde vamos a colocar la dorada y colocarla. Cubrir la dorada con sal por completo dejando el ojo descubierto.

Meter al horno durante 30-35 minutos. Veremos que está hecha porque el ojo se podrá blnaquito/grisáceo, y ¡lista para comer! Si tenéis papel de horno, ponerlo debajo y os será más fácil para limpiar (consejo marujil).

Croquetas.

Ingredientes: 100gr de jamón, 50gr de mantequilla, 50gr de harina y ¼ l de leche.

Preparación: Cortar el jamón en trozos pequeñitos. Calentar al fuego la mantequilla y añadir el jamón. Rehogar durante un par de minutos.

Agregar la harina y rehogar durante 5 minutos a fuego lento. Después añadir la leche y dejar cocer todo hasta que se forme una bechamel espesa.

Enfriar bien, bien, en la nevera. Después formar las croquetas, pasarlas por harina o pan rallado y freír.

Bizcocho de Yogurt.

Ingredientes: 3 huevos, 1 sobre de levadura, 1 yogurt de limón (el vaso del yogurt lo tomaremos como medida), 3 de harina, 2 de azúcar, 1 de aceite (mejor de girasol que de oliva) y ralladura de limón.

Preparación: Precalentar el horno a 175º. Mezclar todos los ingredientes (primero los líquidos y después los secos) e introducir en el horno durante 1 hora o hasta que introduzcas una aguja o un cuchillo y veas que sale limpio.

Espero que os gusten y que disfrutéis y desconectéis haciéndolas ¿Tenéis alguna receta interesante? ¡Feliz fin de semana!

jueves, 7 de julio de 2011

Las Bodas.

Esta semana he adelantado el post porque este fin de semana tengo la boda de una de mis mejores amigas. No os podéis imaginar las ganas que tengo, me hace muchísima ilusión. Es una amiga muy especial y estoy segura que su boda también será especial.

Sin embargo, una de las cosas que tiene estar en fase de examen es que no puedes permitirte mucho tiempo libre para fiestas o celebraciones y a mí este mes se me acumulan. Desde luego no voy a perderme las dos más importantes, que son: la boda de mi amiga y el primer cumpleaños de mi sobrino. A parte tengo otras fiestas varias a las que no creo que vaya, aunque nunca se sabe…

El problema de las bodas no es tanto la boda en sí. No vamos a ser extremistas, por no estudiar un día o dos (al día siguiente yo suelo estar agotada) no pasa nada; El problema es el tiempo que se pierde antes de la boda. Me explico.

Cuando una de tus mejores amigas se casa decides que, aunque tengas un millón de vestidos preciosos para ir a una boda, te vas a comprar uno nuevo porque la ocasión lo merece. Y es entonces, queridos compañeros, cuando empieza el problema. Tú quieres un vestido espectacular, pero no hay manera de encontrarlo y, lo pero de todo, no tienes tiempo de buscarlo.

Recuerdo cuando se casó mi hermano que todas las tardes dejaba de estudiar a las seis y me iba con mi madre a buscar el “vestido perfecto de hermana del novio”. Me recorrí todo Madrid y alrededores. Me examinaba a principios de septiembre y la boda era en octubre, así que a mediados en agosto decidí que después del examen seguiría buscando, que todavía tenía tiempo. Eso y que no es fácil que te guste y te siente bien un vestido cuando tienes un tono de piel enfermizo y te has tirado ocho horas estudiando (salía con un ánimo que no os podéis imaginar). Recuerdo que mi madre me decía que si me maquillaba un poco y me arreglaba un poco el pelo me vería mejor con la “ropa bodil”, pero ni con esas. Al final, el fin de semana antes de examinarme salí a dar un paseo sin más y lo encontré en el escaparate de una tienda a cinco minutos de mi casa…

Aprendida la lección ahora busco los vestidos para boda con muchísima antelación. Desde que mi amiga me dijo en Diciembre que se casaba, prácticamente cada vez que salía de tiendas miraba posibles vestidos para boda. En principio solo iba mirando pero, si encontraba el vestido perfecto en las rebajas de enero ¿Porqué no iba a comprarlo? En enero no lo encontré pero, hace dos meses sí ¡Y sin ir buscándolo!. ¿Lo mejor de todo? Que ya tenía el resto de complementos.

Otro de los problemas de las bodas es que (en esto creo que sólo nos pasa a las chicas) necesitamos unos cuantos preparativos: manicura, pedicura, peluquería, etc. Es decir, que aunque la boda de tu amiga sea el sábado a las 6 de la tarde, tú el viernes ya te estás preparando (depilación y autobronceador a granel) para el gran acontecimiento. Al fin y al cabo quieres aparentar ser una persona normal y no alguien que se tira ocho horas sentada frente a unos apuntes y que ve la luz del sol casi tantas veces como los vampiros de Crepúsculo o los niños de la peli de Los Otros.

Si a todo esto le sumas un viajecito porque la boda no se celebra en Madrid, olvídate de estudiar. Aunque os digo una cosa, merece la pena no estudiar este fin de semana con tal de estar con mi amiga en ese día tan importante. La próxima semana os cuento que tal. ¡Feliz fin de semana a todos!

viernes, 1 de julio de 2011

Ola de Calor.

Creo que una de las cosas que más odio en esta vida son las “olas de calor”. Así de claro lo digo. Gran parte de la gente dice que soporta mejor el calor que el frío, pues a mí me pasa todo lo contrario. Cuando hace mucho calor me pongo de mal humor. A poco ejercicio que haga (recoger mi cuarto, hacer la compra, ir de tiendas, etc.) sudo, y no hay cosa que me guste menos. Y, por supuesto, para lo que más me molesta el calor es (como no podía ser de otra manera) para estudiar. ¡Así no se puede!

Además está el pequeño detalle de que no hay quien duerma. Antes de la oposición necesitaba dormir con la habitación totalmente a oscuras y en silencio total. Ahora me adapto a lo que sea, cada año aprendo una cosa nueva. El primer año aprendí a dormir con luz; como dejaba la persiana medio subida (era eso o morirme de calor a oscuras), cuando empezaba a amanecer también amanecía en mi cuarto. En un principio recurrí a un antifaz (sí, habéis leído bien), pero ahora ya me he acostumbrado a la luz.

Otro año aprendí a dormir, cuando me quedaba sola en casa, con la puerta abierta y toda la casa en corrientes. Al principio me daba un poco de cosa, por eso de que si entraba alguien en casa me pillaría totalmente desprevenida (Si tengo la puerta cerrada por lo menos tendría que llamar a la puerta en plan: “Hola, venía a robar ¿se puede?”. Sí, también lo sé, son tonterías que piensa una), pero me parecía un mal menor con tal de dormir.

Y este año estoy aprendiendo a dormir encima de la cama. Simplemente quito la colcha y me tumbo encima. La parte buena de todo esto, que por la mañana me ahorro los minutos que tardaba en hacer la cama. Tampoco descarto que el próximo año empiece a dormir en la bañera o en el balcón.

Tampoco puedo salir a correr porque, en años anteriores ya he tenido algún susto con eso de hacer ejercicio cuando hace mucho calor (No hagáis ejercicio fuerte si hace mucho calor!!!). Así que, aprendida la lección, encerradita en casa que me quedo subiéndome por las paredes. Por ejemplo, el sábado cuando terminé de estudiar, decidí que a las siete saldría de casa (sí o sí) para darme una vuelta por las rebajas. A las ocho aún seguía en casa pegada a mi ventilador. Era salir al balcón de mi casa para comprobar si había bajado algo la temperatura y darme la sensación de que, ¡Cada vez hacía más calor! Eso sí, aproveché que me quedaba en casa para hacer un helado casero de sandía (está mal que lo diga yo pero…. ¡Está buenísimo!).

Intentando ver el lado positivo a las olas de calor diré que, lo único bueno que tienen es que uno de los días sea el día de descanso. Así el domingo por la tarde lo pasé en la piscina. Allí estuve tumbada como una lagartijilla al sol. ¿La parte buena? Que sabía que cuando quisiera podía darme un chapuzón para refrescarme (también aproveché para nadar media horita). Y eso me recargó de buen humor para el resto de la semana. Este domingo repito sin falta. ¡Feliz fin de semana a todos!

P.D: Os dejo esta frase que leí ayer y me parece estupenda: "Cuando el destino nos da un limón, intentemos hacer limonada". ¡Saludos!