Rutina de Estudio en Fase de Examen.

Como ya expliqué en un post anterior hace tiempo, cuando llega la fecha de exámenes suelo hacer determinados cambios en mi rutina de estudio:
- El primero de ellos es que ya no hay tiempo para nada más. Por ejemplo, cuando no tenía fecha de examen no me importaba alguna tarde, si llevaba bien los temas de la semana, saltármela a la torera y salir de compras o ir a merendar con mi madre. Pero ahora ya no hay un minuto que perder. Minuto que pierdes, minuto que no recuperas (Hay que tener siempre presente que estás en una contrarreloj).
Tampoco, aunque esto es más difícil, intento (en los ratos en los que me da por pensar en el futuro) no pensar mucho en la posibilidad del suspenso. Como dijo Carolina, hay que tenerlo presente y estar preparado para ello, pero no podemos permitirnos ningún bajón ahora mismo. Un día depre, es un día malo de estudio y, como vamos contrarreloj, no se pueden tener días malos. ¡Sólo pensamientos positivos!
- Cuanto más estudies ahora, mucho mejor. Parece una bobada, pero según se acerca la fecha del examen la intensidad del estudio es tal que llegas con las fuerzas muy mermadas y tus neuronas están saturadísimas de tanta información. Así que más vale que los últimos días sean de repaso y no de estudio.
- Una buena planificación es primordial. Seguramente no la vas a cumplir tal cual, pero a mí me ayuda muchísimo. Tanto para ver lo que llevo estudiado como lo que me queda por estudiar.
Otras de las cosas que modifico en la fase de examen son algunos hábitos y aplico esa sabia frase de “Mens sana in corpore sano”.
Como ya sabéis los que leéis el blog habitualmente, me gusta salir a correr. Últimamente he aumentado el ritmo, estoy siendo mucho más constante y me está sentando fenomenal (mi trasero lo está agradeciendo). Me siento muy bien cada vez que termino de correr.
También estoy intentando llevar una alimentación lo más sana posible: pocos dulces (si necesito dulce prefiero hacerlo yo), poca grasa, nada de fritos y mucha fruta y verdura. Y, por supuesto, nada de alcohol. Casi no lo probaba pero en verano lo de no tomar una cañita, duele. Eso sí, los sábados por la noche hago una excepción y ceno lo que más me apetezca.
Finalmente tengo comprobado que si duermo ocho horas o más, estudio mucho mejor. No es que haya descubierto nada nuevo. Es evidente que si duermes bien te levantas descansada, pero al final de la semana no llego tan cansada y por las tardes tampoco me cuesta tanto estudiar. Eso sí, para lograr dormir mis ocho horas o más, llevo un horario infantil total. A las once u once y media como muy tarde estoy en la cama.
En fin, sólo espero que todos estos esfuerzos y sacrificios obtengan su beneficio en un futuro próximo. ¿Qué rutina tenéis vosotros en la fase de examen? ¿Tenéis algún consejo? ¡Feliz fin de semana!